terça-feira, julho 22, 2008

Tributo a Sexo en Nueva York


Hay gente que cree, en la astrología, unos si otros no, hay gente que cree en la meigas, cada uno puede pensar en lo que quiera, yo como buena gallega, creo que habelas hailas, y un sentimiento me dice que a veces algo de eso tengo, unos presentimientos o lo que sea, a veces no me importa pero esto viene a explicar mi curiosidad por la artrología, los números y por ellos creo en los signos, creo que las compatibilidades se dan , q te pueda caer bien o mal una persona, necesita tener una explicación mas profunda.

Esto viene a decir que yo siempre quise ser como Charlotte, la niña bien , enamorada, la niña buena, que creyó encontrar a su príncipe azul(o verde, según se mire) en el caballo blanco, pero el problema fue que destiñó, la edad es un factor importante, ahora mi príncipe azul son mis mejores amigos, y me rescatan de vez en cuando, tienen q oír las quejas de las ranas con los que me encuentro.

Tuve ahí una época como decirlo, de expedición, tenía la necesidad imperiosa de probar cosas nuevas, de salir de relacionarme con la gente, de conocer, el mundo de la noche, y bueno así fue, a parte de un par de disgustos maternos, y la pérdida de una falange, no hubo mas, pero esas cosas no te cuecen pero si te enriquecen, conoces personas que merecen la pena y otras las dejas en el camino porque no te aportan nada, gracias a Dios.

Siguiendo con la trayectoria me convertí en una Carrie, queriendo conocer y me enfrasqué en un época negra oscura, que es mejor olvidar, y encontré al príncipe, esta vez no venía a caballo sino que subía por las escaleras, con sus mejores galas, encontré a esa persona que te cambia el mundo, ya estaba en mi vida, pero una conversación lo cambió todo, de repente fui la mujer mas feliz de mi vida, y por circunstancias de la vida la mas desdichada, en esta vida hay que sabe disfrutar de los buenos momentos, q los malos son demasiado.

Y maduré y empecé a darme cuenta de lo que merece la pena, la amistad, tengo a mis amigas y amigos, que posiblemente, como alguno se pueda quejar sean demasiados pero los quiero a todos demasiado, no saben ellos lo importe que son, como merece la pena un café con ellos.

La gente que un día consigue sacarte una sonrisa, y puedes compartir con ellos los pequeños grandes momentos, merece la pena, siempre.
Los príncipes azules, destiñen, se van con sus nuevas princesas y el cuento se acaba, con gente como nuestras chicas, siempre tienes un momento de risas.
Nos vemos prontito. Un muak.

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